jueves, 1 de junio de 2023

El secreto que las grandes empresas de energía no quieren que sepas: el autoconsumo está arruinando su negocio

En los últimos años, ha surgido una verdadera revolución en el sector energético impulsada por el auge del autoconsumo. Cada vez más personas y empresas están optando por generar su propia electricidad a través de sistemas de energía solar fotovoltaica y eólica, lo que ha tenido un impacto significativo en la demanda de electricidad en todo el mundo. En este artículo, examinaremos cómo esta revolución ha afectado la demanda de electricidad en España, Europa y Latinoamérica.

España ha sido uno de los países líderes en el impulso del autoconsumo. Desde la aprobación del Real Decreto 244/2019, que eliminó las barreras al autoconsumo y estableció un marco regulatorio más favorable, el número de instalaciones de energía solar en el país ha experimentado un crecimiento impresionante. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en 2020 se instalaron más de 459 megavatios de energía solar fotovoltaica en España, lo que representa un incremento del 92% en comparación con el año anterior.

Este aumento en la capacidad de generación de energía renovable ha tenido un impacto directo en la demanda de electricidad en España. Según la Red Eléctrica de España (REE), en 2020 la demanda de electricidad disminuyó un 3,8% en comparación con el año anterior, alcanzando su nivel más bajo en dos décadas. Este descenso se debe en gran medida al incremento en la generación de energía renovable, especialmente la solar fotovoltaica. Los consumidores que han optado por instalar paneles solares en sus hogares o negocios han reducido su dependencia de la red eléctrica convencional, lo que ha llevado a una disminución en la demanda de electricidad.

A nivel europeo, también se observa una tendencia similar. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la demanda de electricidad en Europa se redujo un 3% en 2020, siendo esta la mayor disminución anual registrada en más de 30 años. Esto se debe en parte al crecimiento del autoconsumo, pero también a otros factores como la eficiencia energética y la pandemia de COVID-19, que redujo la actividad económica y, por lo tanto, la demanda de electricidad.

En Latinoamérica, el autoconsumo también ha ganado impulso en los últimos años, aunque en menor medida que en España y Europa. Países como México, Chile y Brasil han experimentado un crecimiento significativo en la capacidad instalada de energía solar y eólica. Según datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), en 2020 la capacidad de generación renovable en América Latina y el Caribe alcanzó los 55,4 gigavatios, lo que representa un aumento del 4,5% en comparación con el año anterior.

Sin embargo, a pesar del crecimiento en la generación de energía renovable, la demanda de electricidad en Latinoamérica ha seguido aumentando debido al rápido crecimiento económico y demográfico de la región. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la demanda de electricidad en la región aumentó aproximadamente un 4% en 2020. Aunque el autoconsumo está ganando terreno, aún no ha tenido un impacto significativo en la demanda total de electricidad en la región.

En resumen, la revolución del autoconsumo ha tenido un impacto notable en la demanda de electricidad en España y Europa, donde se ha observado una disminución significativa en los últimos años. Sin embargo, en Latinoamérica, la demanda de electricidad continúa aumentando a pesar del crecimiento en la generación de energía renovable. A medida que más personas y empresas adopten el autoconsumo y las políticas energéticas favorezcan el desarrollo de fuentes renovables, es posible que veamos una mayor disminución en la demanda de electricidad en todo el mundo. Esto no solo tiene el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también de empoderar a los consumidores al brindarles mayor autonomía y control sobre su propia energía.

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