Dentro del monopolio pseudoperiodístico que engloba la propaganda informativa de este país, por llamarla de alguna manera, creo que me sobran algunas líneas si hablamos de Telecinco. Gran Hermano, Sálvame, La casa fuerte, HMyV, regado todo ello por Ana Rosa Quintana, Eduardo Inda, Daniel Lacalle y demás chusma de extremo centro liberal. Pero hablamos de una ficción que comenzó su última temporada con ciertos chistes puntuales sobre la formación morada para acabar con toda una ristra de frases sin venir a cuento para terminar con el secuestro de Pablo Iglesias (perdón por los spoilers y los que vienen).
Bien es cierto que la serie de los hermanos Caballero, sobrinos de José Luis Moreno (la suerte de la oportunidad siempre tiene letra pequeña), ya había tocado la política en la trama de la comedia de Mediaset pero atendiendo a sucesos más que probados y siempre mucho más tarde de la fecha de los mismos. Ahí está el centollazo a Zapatero, el intento de agresión a Rajoy en una obra de teatro o la "salida del armario" de Josema Yuste interpretando a un Ministro del Interior que confesaba sus fechorías únicamente porque creía que iba a morir de "dimbelengue". También están los chistes rancios de Antonio Recio que se dan en casi todas las temporadas pero por la personalidad nostálgica franquista del personaje en sí, habría que analizar su importancia en ciertos comportamientos de la sociedad para con el racismo como el acontecido en el metro por tres adolescentes contra una pareja sudamericana a grito de "somos los payasos justicieros". Pero eso es agua de otro costal.
En esta última temporada se realizan diversos chistes como "aquí va a empezar a oler a mitin de Podemos" o la expropiación de la propiedad privada está en más de un episodio como una muletilla de un sitcom de segunda fila. Pero en los últimos episodios la trama envuelve completamente a Podemos, metiendo incluso una Ley de expropiación franquista (en cierto que lo mencionan) para dar con la solución de secuestrar a Pablo Iglesias para revertir la situación contra Montepinar. El chándal de Nicolás Maduro, bolchevique, comunista, incluso se burlan de la subida del salario mínimo mientras VOX sale en un trocito donde apenas le rozan para no molestar a las ordas neofascistas que ven la serie que se abran quedado a gusto tras ver como Antonio y Coque entran en la casa de Pablo Iglesias (mencionan en más de una ocasión el chalét con sorna), lo amordazan y le acaban por cortar la coleta que el mismo Recio cuelga en un cuadro a modo de trofeo. Incluso después de ello se habla de la creación del GAMBA (partido político de Antonio) donde sus primeras medidas serían paralizar la expropiación e ilegalizar a Unidas Podemos ¿Casualidad?
No me he terminado la temporada pero ya me empieza a hartar tanta manipulación, que de disimulada tiene poco, para apenas tocar el peligro fascista que aflora en nuestra sociedad y que ponen en peligro la libertad, a las mujeres, a partidos políticos que no piensan como ellos y hasta nuestra democracia en sí misma.
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