¿Cuántas horas han dedicado en España a hablar sobre Venezuela? Radio, prensa escrita, televisión, un sinfín de tertulias y opiniones que han recorrido el país desde las grandes urbes hasta el pueblo más recóndito de la península ibérica nacional. Pero seamos claros, a la política española le importa un huevo de pato lo que ocurra en el país caribeño, sólo era un chivo espiatorio para proteger un régimen caduco, salvaje y corrupto como es el español. Pero el mejor ejemplo, por si hubiera alguno que cree lo contrario, se expone en letras bien grandes en lo que está ocurriendo en Colombia, pero vayamos por partes.
Colombia es un país con un sistema liberal, sí, de esos sistemas que tanto gusta a los empresarios y que absorben como borregos la clase trabajadora de este país. Y mientras la riqueza esté en unas determinadas manos, a la prensa corrupta y manipuladora, no le interesa lo más mínimo. En el país de la salsa, donde, pese a la violencia acumulada desde hace décadas, los caleños no paran de bailar y de soñar con una vida en paz, se ha convertido en un infierno. Principalmente en Calí, esta urbe alberga enormes barriadas donde habitan familias que tiempo atrás fueron campesinas y que se vieron obligadas, por la violencia que ejercieron sobre ellas los distintos grupos armados, a abandonar las zonas rurales donde nacieron. Ahora vuelven a ser víctimas de una oleada de angustia y terror perpetrado por el Estado.
Durante la noche del pasado 3 mayo, la Fuerza Pública entró en Siloé (cuando se adentran en esta barriada no es para hacer la ronda, siempre bien armados) y disparó contra los manifestantes que protestaban contra el Gobierno, en el contexto de la huelga nacional convocada el 28 de abril. La policía disparó también contra los habitantes que simplemente tomaban el fresco, porque en la tropical Siloé se vive en la calle. El drama se expandió como la pólvora en las redes sociales.
El liberalismo en sudamérica no funciona. Al contrario que los sistemas socialistas, el liberal no tiene palos en las ruedas como sanciones multimillonarias o bloqueos político-comerciales. Únicamente nos enteramos de Cuba o Venezuela para un único fin; la protección del sistema neofranquista. ¿Por qué no han dedicado horas de televisión o radio a hablar sobre la matanza liberal perpetrada por el Estado colombiano contra su pueblo? Porque la riqueza está en las manos interesadas y las empresas españolas hacen fortuna.
Chocaría también con el discurso de la genocida Ayuso, la muñequita rota Arrimadas, el "académico" Casado o el soldadito Abascal. Cuando hablan de libertad, se refieren a su libertad. Si hay que confinar barrios, se confinan los barrios pobres. Se privatiza la sanidad, se subvenciona el elitismo en educación mientras se recorta en la pública, se venden las pocas viviendas de protección oficial que aún quedan y se dejan morir a los ancianos en las residencias semiprivatizadas y gestionadas por fondos buitres. Podría seguir con el rescate bancario, la enorme deuda por sobrecostes en obra pública o la famosa policía patriótica para tapar sus tropelías. Y aquí ganan las elecciones o suben en las encuestas mientras la justicia les protege de tales barbaridades.
